En la distancia, me entero de este accidente de tren y siento dolor y cercanía por los pasajeros de estos trenes que, por la hora a la que ha ocurrido: las 8,30, irían dormitando hacia el trabajo. El ferrocarril belga cumple una función muy importante en la vida de ese país: lo vertebra y facilita una movilidad muy importante para su economía y su vida social. Cuando cogemos un tren, lo hacemos confiados en su seguridad, nada puede suceder; leemos, dormitamos un rato, dejamos irse nuestro pensamiento acunado por el sonido del tren al deslizarse por los raíles. Transmito mi solidaridad a las familias de los fallecidos y a los heridos en este accidente.
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