Córdoba, ciudad amable, dedicó este monumento a Federico García Lorca y, para mi sorpresa, el pasado domingo, lo encontré así: ¿quieren callar su voz o simplemente fue la acción de un perturbado...?
En la cola de pez, debería poder leerse este poema:
Un solo pez en el agua
que a las dos Córdobas junta:
Blanda Córdoba de juncos.
Córdoba de arquitectura.
Niños de cara impasible
en la orilla se desnudan,
aprendices de Tobías
y Merlines de cintura,
para fastidiar al pez
en irónica pregunta
si quiere flores de vino
o saltos de media luna.
Pero el pez, que dora el agua El 2 de junio 2012, el monumento estaba limpio
y los mármoles enluta,
les da lección y equilibrio
de solitaria columna.
El Arcángel aljamiado
de lentejuelas oscuras,
en el mitin de las ondas
buscaba rumor y cuna.
Un solo pez en el agua.
Dos Córdobas de hermosura.
Córdoba quebrada en chorros.
Celeste Córdoba enjuta.
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