Hablando con mi hijo, vive en COLCHESTER;
ciudad a la que ahora me puedo trasladar con mas frecuencia para poder
visitarlo y jugar con mi nieta, dijo una
frase que me hizo reflexionar: “la peor pérdida originada por la Guerra Civil fue la pérdida
intelectual y cultural”; la había leído en el libro que Antony Beevor
dedica a este terrible y evitable episodio, no cerrado todavía, de nuestra
historia. Esta pérdida será muy difícil de superar: no basta con construir
escuelas y universidades, hay que educar a una población que quedó fuera de la
cultura y de sus