La asignatura de educación religiosa (Religious Education) es obligatoria en el Reino Unido desde los cinco años hasta los 18 en todos los centros mantenidos con dinero público. Los llamados «state schools» forman una red pública que incluye centros de educación primaria (4 a 11 años) y secundaria (11 a 18) laicos o no confesionales, centros de la Iglesia de Inglaterra, católicos y, en ciertos casos, de confesión judía, hindú o musulmana. La Educación Religiosa forma parte del currículum obligatorio según lo establece el ministerio de Educación para todo el país, y es una asignatura obligatoria para todos los alumnos.
Existe, sin embargo, un procedimiento para que los padres puedan solicitar la exención de su hijo o hija de la asignatura, pensado en las minorías religiosas.
Son las autoridades locales de Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte las competentes para definir, en el marco general definido a nivel nacional, los contenidos de la asignatura, con flexibilidad para tomar en consideración el entorno cultural y religioso de cada centro. Los centros confesionales, que son en su mayoría anglicanos aunque con una fuerte presencia de los colegios católicos, definen su propio currículum religioso. Cada centro, además, regula el número de horas semanales dedicadas en cada curso.
El contenido de la asignatura debe basarse en el estudio de las grandes religiones y de los grandes líderes religiosos, pero el programa debe reconocer que «las tradiciones religiosas en Gran Bretaña son en su mayoría cristianas». Se deben enseñar también lo que la ley define como «otras religiones principales de Gran Bretaña», sin detallar cuáles son.
En líneas generales, el Reino Unido es una sociedad multicultural en la que el estudio del hecho religioso es asumido con normalidad -y no como un dilema entre la ética y la religión- por alumnos de todas las confesiones, o de ninguna.
Sin embargo, un informe reciente de un grupo de diputados advierte contra la disminución de la importancia de la Educación Religiosa en el currículum, después de que el ministro de Educación, el conservador Michael Gove, la haya excluido de los contenidos que se examinarán en el Bachillerato Inglés que quiere convertir en estándar del sistema educativo británico.
Los parlamentarios -miembros del grupo multipartito sobre la educación religiosa, y defensores por tanto de su importancia- denuncian que los recortes y la pérdida de importancia de la asignatura han llevado a que más de la mitad de los profesores de Educación Religiosa en primaria no sean especialistas. En un cuarto de los casos, según los diputados, la materia es impartida por profesores asistentes.
Por Borja Bergareche, corresponsal en Londres
No hay comentarios:
Publicar un comentario