Con 31 años dejé mi ciudad de nacimiento, Zaragoza; aunque considero que mis orígenes están en la Jacetania. Ahora a mis 67, considero que, vivir allí de donde no se es, es muy conveniente: no debes acomodarte a ningún cliché local; si no te comportas de acuerdo a lo preestablecido, siempre puedes exprimir que "no eres de aquí". 6 ciudades foranas nos han acogido y en todas hemos procurado mezclarnos y ser un ciudadano más: es estar y no estar.
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