Al filósofo Diógenes le preguntaron una vez por qué no tenía también él una estatua, como tenían los demás filósofos, incluso los vivos. Él respondió: "Mejor que se pregunte la gente por qué no la tengo". Por lo que a mí respecta, yo soy un estoico. Nunca espero que me suceda algo bueno. De esa manera puedo sentirme satisfecho y tranquilo en cualquier circunstancia
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