Aquel barrio de calles retorcidas sigue marcando sus acciones. Vuelve muchas veces a aquellas familias, a aquella calle sin asfaltar, a aquel universo que lo forjó.
Barrio de familias derrotadas en la vieja guerra. Lo poco era de todos; cada familia sobrevivía a su manera. Los ojos del niño que era, los recuerda con cariño. No sé cómo fue en realidad; pero aprendió a no mentirse. Esas calles lo hicieron; los hombres y las mujeres que lo forjaron siguen estando presentes, las meriendas compartidas, aquella madre que nos llevaba a cine. Los partidos de fútbol en los campos aledaños, allí la ciudad empezaba a perder su nombre.
Cuando vuelvo a esas calles, realmente vuelvo a mi niñez, a ese colegio ya desaparecido... Aldecoa se le aparece.
Ahora es un barrio multicultural; otros derrotados han venido a ocupar su sitio.
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