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jueves, 8 de enero de 2015

Abderramán III

CÓRDOBA / 1.124 AÑOS DE SU NACIMIENTO

Abderramán III, el tótem del Califato de Córdoba

J. P. J.@ABCCORDOBA / CÓRDOBA
Día 07/01/2015 - 12.59h

Erigió Medina Azahara y dominó dos tercios de la Península, el norte de África y gran parte del Mediterráneo occidental


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Los cronistas lo describen como de baja estatura, tez blanca, ojos azules y algo pelirrojo, rasgos estos últimos que provienen de su madre vascona En este mes de enero (este miércoles 7) se cumplen 1.124 años del nacimiento del gobernante más importante de la Córdoba musulmana.
Su nombre, Abderramán III (891-961), primer Califa cordobés, y constructor de la ciudad palatina de Medina Azahara, cuyo yacimiento arqueológico es hoy uno de los patrimonios más sobresalientes de Córdoba.
De la dinastía Omeya, Abderramán III era nieto de Abd Allah, séptimo emir independiente de Córdoba, y ascendió al trono en 912. Los cronistas lo describen como de baja estatura, tez blanca, ojos azules y algo pelirrojo, rasgos estos últimos que tienen su origen en su madre vascona.
Rápidamente logra éxitos militares frente a los reinos cristianos, fijando las fronteras al norte del Duero y del Ebro, y contra revueltas internas, en especial la liderada por Omar ben-Hafsún, a la que aplasta.
Córdoba se siente más fuerte que nunca y Abderramán III funda el Califato Omeya de Córdoba en el 929, rompiendo el único lazo, el espiritual, que restaba con el Califato Abasí de Bagdad. Desde Córdoba controlará dos terceras partes de la Península Ibérica, el Norte de África, por donde llegaba oro del Sudán, y gran parte del Mediterráneo Occidental.
Su Califato será respetado por Bagdad y por el Imperio Germánico, que le envían embajadores, igual que los reinos cristianos españoles.
Asímismo, Córdoba será aliada militar del Imperio Bizantinocontra un enemigo común, los fatimíes de Egipto, que atacaban por igual el sur de Italia y las costas andalusíes.
Prueba de esa alianza será el envío de mosaicos y expertos para su colocación en la Mezquita Aljama cordobesa por el emperador Nicéforo II Focas y la venida a Córdoba de un embajador, recibido y agasajado con todos los honores por Alhaken II en Medina Azahara, tal y como narran los cronistas cordobeses de la época.
Aunque Abderramán III amplió el patio de abluciones y construyó un alminar en la Mezquita, su gran obra es Medina Azahara, a cinco kilómetros de Córdoba, en la falda de la Sierra. Ocupó un rectángulo amurallado de 1.500 metros de largo por 745 de ancho, con salones, residencias, edificios oficiales y espacios de recreo.
Se trajeron mármoles de Cabra y Tarragona, maderas de Cartago y Túnez y mosaicos de Constantinopla, trabajando más de 10.000 obreros. Se iniciaron las obras entre los años 936 y 940.
La leyenda atribuye su nombre al deseo de Abderramán III porsu favorita, una cautiva cristiana llamada Azahara, a quien dedicó una estatua y por quien plantaría de almendros la ierra para que, al florecer, complaciesen la añoranza que su amada tenía de la nieve.
En realidad, la motivación que guió a Abderramán III para edificar Medina Azahara, fue escenificar la visualización del poder del nuevo Califato de Al-Ándalus.
«La Ciudad Brillante» sería la traducción más correcta del nombre de Medina Azahara. Allí se trasladó la corte y hasta allí llegaban caravanas de Oriente y embajadores.
Aquellas audiencias llevaban la marca de la ceremonia y el protocolo de la corte cordobesa, muy influida por la bizantina, y se adornaban con recitales poéticos y lujosos regalos de caballos, joyas, armas y ricos vestidos de honor.

Abderramán III murió en 961, sucediéndole su hijo Alhaken II. En 1010, durante la guerra civil que puso fin al Califato, los bereberes destruyeron Medina Azahara, aprovechándose luego solo como cantera de lujo. Llegó a perderse hasta el recuerdo de su nombre y el lugar exacto de su emplazamiento.

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