¡La violencia de género/doméstica NO TIENE SENTIDO!
lunes, 22 de noviembre de 2010
domingo, 21 de noviembre de 2010
El Aula Virtual de Español
Los profesores y alumnos de la Agrupación de Lengua y Cultura Españolas de Bruselas podemos, desde el curso pasado, 09/10, acceder al Aula Virtual de Español del Instituto Cervantes y poder ampliar nuestra actividad gracias a las posibilidades que brinda esta plaforma: http://www.ave.cvc.cervantes.es/.
Tenemos muy claro que debemos utilizarlas todas las posibilidades de aprendizaje a nuestro alcance.
Esta ampliación de herramientas de aprendizaje, nos obliga a los maestros a actualizarnos continuamente y a ampliar nuestra competencia en las herramientas que brida la Red.
En el AULA DE MALINAS (MECHELEN) es donde puedo utilizar esta plataforma gracias a mi Notebook y a la conexión wifi que ha contratado el Centro Español "EL QUIJOTE.
Para motivar y ayudar a mis alumnos, he preparado este vídeo para conducirles a la entrada de la AVE.
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EDUCACIÓN EN EL EXTERIOR
¡LOS CUENTOS DEL LICEO!
Hace 31 años publicamos un libro de cuentos escritos por alumnos del 3er Ciclo de la antigua EGB del colegio Liceo Europa. Fue un trabajo de grupo, de todo el equipo que formábamos aquel Ciclo: un padre de alumna nos consiguió la financiación necesaria de Ibercaja, donde trabajaba; la Dirección del Centro nos dejó y animó a hacer; un alumno hizo las ilustraciones interiores; el profe de Matemáticas, Antonio Yrigoy, dibujó la portada y la contraportada además de participar en la selección como todos los profesores, yo me reservé el escribir el prólogo; buscaba algo de protagonismo.
Hoy, esta tarde lo he pasado a PDF para ofrecérselo a los autores, ahora que hemos recuperado una relación suspendida hace 30 años.
LOS CUENTOS DEL LICEO llenaron un verano de mi vida, disfruté con la tarea pero lo más importante fue el sentimiento colectivo del que nacieron.
Ver en ISSUU
Hoy, esta tarde lo he pasado a PDF para ofrecérselo a los autores, ahora que hemos recuperado una relación suspendida hace 30 años.
LOS CUENTOS DEL LICEO llenaron un verano de mi vida, disfruté con la tarea pero lo más importante fue el sentimiento colectivo del que nacieron.
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PERSONAL
¡Ayer en clase!
Ayer, 20 de noviembre de 2010, comencé mi clase de Lengua y Cultura españolas del "grupo de los mayores" en Gante, comentando que se cumplían 35 años de la muerte de Franco; intento acercar a mis alumnos a la Historia de España, motivarles para que ellos continúen buscando información sobre los temas en los que les inicio. A partir de esta efeméride, expuse los pasos de la Transición de España hacia una monarquía parlamentaria; paso que viví haciendo el Servicio Militar (15 meses), entonces obligatorio; esto de introducir elementos personales y afectivos hace más cercana la exposición.
35 años.
35 años.
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EDUCACIÓN,
POLITICA ESPAÑOLA
domingo, 14 de noviembre de 2010
¡Restos en el camino!
Una de esas personas de las que habla el correo eléctrónico, escribió esto:"he encontrado la web del Lorca con esa gran foto, (que yo sigo teniendo sobre mi escritorio) con "ESE CLAUSTRO IRREPETIBLE" y han aflorado en mi todo los sentimientos vividos en aquella époco, bastante añoranza y algo de pena de que ya esté sólo en el recuerdo, aunque me alegro de lo vivido y aprendido y de los grandes amigos que encontré y aún conservo..."
Es agradable recibir noticias como ésta;oír que hay gente que te aprecia simplemente porque le rozaste sin herirla, porque se sintió querida tal y como era; porque cree que te costó algo ayudarla; cuando en verdad fue un simple intercambio muy valioso y gratuito. ¿Qué huellas quedan de todo eso? Un calor afectivo que, de vez en cuando, te llega en el momento que más lo necesitas.
Es agradable recibir noticias como ésta;oír que hay gente que te aprecia simplemente porque le rozaste sin herirla, porque se sintió querida tal y como era; porque cree que te costó algo ayudarla; cuando en verdad fue un simple intercambio muy valioso y gratuito. ¿Qué huellas quedan de todo eso? Un calor afectivo que, de vez en cuando, te llega en el momento que más lo necesitas.
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COLEGIO FEDERICO GARCIA LORCA
sábado, 30 de octubre de 2010
Miguel Hernández nació hace 100 años
Miguel Hernández nació un 30 de octubre de 1910 en Orihuela. Sólo 32 años después, en 1942, murió en el reformatorio de adultos de Alicante.
Estaba enfermo de tuberculosis. Su cuerpo en aquellos días era ya el de un cadáver consumido. Su voz, tras arengar a las tropas republicanas durante la Guerra Civil y cantar poemas como Viento del pueblo, era un suspiro. Y, cuando finalmente se apagó, el régimen franquista se encargó de que no volviera a oírse durante cuarenta años.
En 1972, Juan Manuel Serrat lanzó un disco por poemas de Miguel Hernández; allí empezó la recuperación de la obra del poeta; circulaban ya sus libros pero de forma clandestina, eran los libros de la editorial Losada de Buenos Aires, editados es rústica, blancos y con dibujo alusivo; muchos de ellos venían con los pliegos sin cortar; con sumo cuidado, íbamos separando las páginas; gracias a esta editoral Lorca, Neruda, Miguel Hernandez, León Felipe..., los escritores de la España del Exilio fueron llenando aquellos huecos.
En la Transición, sus poemas recuperados se convirtieron en la materialización de la democracia que parecía estábamos recuperando.
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LITERATURA.
viernes, 29 de octubre de 2010
Marcelino Camacho
Su vida fue una lucha por unos ideales de justicia y de defensa de los trabajadores y de los más humildes, una vida en busca de la dignificación de los trabajadores.
Fundador de las Comisiones Obreras, el llamado Proceso 1.001 le convirtió en símbolo de la lucha por las libertades y en leyenda para todos en lo últimos años de la dictadura franquista y los convulsos tiempos de la transición.
En los libros de Educación para la Ciudadanía, en los de Historia de España, en los que recogen ejemplos de vidas éticas, Marcelino Camacho debe tener un lugar preeminente.
Marcelino Camacho siempre defendió los mismos valores: ¡escúchalo!
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POLITICA ESPAÑOLA
lunes, 18 de octubre de 2010
¡30 años después!
El 2 de octubre de 2010 se volvió a reunir casi todo el grupo de alumnos del Liceo Europa nacidos en 1965, un reencuentro propiciado por el grupo que en el Facebook (Cara Libro, según Olga) se le ocurrió abrir a uno de ellos: Antonio.
Mi trabajo me impidió asistir, me hubiera gustado estar con ellos y observar como habían evolucionado y qué quedaba de aquellos adolescentes que yo dejé en 1979.
Para mí, este reencuentro ha sido muy gratificante; he visto como han idealizado aquellos momentos pasados juntos en las aulas de aquel colegio que estaba entonces naciendo.
Mi trabajo me impidió asistir, me hubiera gustado estar con ellos y observar como habían evolucionado y qué quedaba de aquellos adolescentes que yo dejé en 1979.
Para mí, este reencuentro ha sido muy gratificante; he visto como han idealizado aquellos momentos pasados juntos en las aulas de aquel colegio que estaba entonces naciendo.
El momento sociopolítico vivido entre 1974 hasta 1979, permitió un tipo de relación casi entre iguales: nosotros, los maestros, teníamos 20 años y toda la ilusión y ganas de trabajar intactas. Hicimos periódicos con aquellas multicopistas que te llenaban de tinta al menor descuido; fundamos un club deportivo: tuvimos equipos de hockey patines, de hockey hierba, de balonmano femenino, ahora veo que nos organizábamos para acudir a nuestros compromisos: los padres ponían los coches; si había que coger al autobús o andar, se andaba; nos organizábamos entre todos: padres, alumnos, maestros. Ahora, con el paso del tiempo, me he dado cuenta de las cosas que hicimos juntos; coincidió que el grupo de maestros éramos jóvenes idealistas y generosos: nos pasábamos el día en el colegio y, durante el verano, participábamos en las Escuelas de Verano, íbamos al ICE y nos encerrábamos a hacer aquellas fichas de trabajo, nos creíamos capaces de educar, teníamos claros los valores: justicia, democracia y participación: aún recuerdo las "asambleas de clases" en plena transición, como manifestaban su ideas; aunque la deriva actual haya sido importante.
Sé poco de su vida actual, de algunos conozco su dedicación profesional; me gustaría conocer qué hacen, pero la prudencia me impide preguntar; pero me da la impresión de que han encontrado un sitio donde desarrollarse.
Les tengo que agradecer el afecto que me guardan y la influencia que ejercieron en mí: me hicieron descubrir que ser maestro/Maestro era una especie de intercambio entre alumnos y maestros.
lunes, 4 de octubre de 2010
ÁNGEL SANZ BRIZ
Hace algún tiempo, leí un libro, creo que de Carlos Carnicero, sobre un diplomático español que había salvado a muchos judíos de una muerte segura; en El País de ayer, 3 de octubre de 2010, aparece este artículo sobre él: un hombre bueno, en el buen sentido de la palabra.
Ángel Sanz Briz, primeros años
En septiembre se han cumplido 100 años del nacimiento en Zaragoza del diplomático Ángel Sanz Briz, quien, tras una brillante carrera, murió en Roma en 1980, siendo embajador ante la Santa Sede. Su familia, originaria de Peraltilla, municipio pequeño en la provincia de Huesca, se instaló a finales del siglo XIX en la capital aragonesa, donde desarrolló una intensa y fructífera actividad comercial y turística.
Cuando trabajó en Budapest salvó a unos cinco mil judíos de los nazis Lo hizo por su cuenta; el Gobierno franquista se apuntó el tanto años después
Ángel Sanz Briz, primeros años
En septiembre se han cumplido 100 años del nacimiento en Zaragoza del diplomático Ángel Sanz Briz, quien, tras una brillante carrera, murió en Roma en 1980, siendo embajador ante la Santa Sede. Su familia, originaria de Peraltilla, municipio pequeño en la provincia de Huesca, se instaló a finales del siglo XIX en la capital aragonesa, donde desarrolló una intensa y fructífera actividad comercial y turística.
Cuando trabajó en Budapest salvó a unos cinco mil judíos de los nazis Lo hizo por su cuenta; el Gobierno franquista se apuntó el tanto años después
Monumento a Ángel Sanz Briz. Arte Público. Ayuntamiento de Zaragoza
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POLITICA ESPAÑOLA
domingo, 19 de septiembre de 2010
¡LOS AMIGOS!
El verano, la muerte de mi suegra, mi hijo, casado y viviendo en el extranjero; los golpes que en su salud están recibibieno nuestros amigos, el verano en Córdoba... hizo que repasáramos, Mariví, mi mujer, y yo, nuestro "activo" y llegamos a la conclusión que lo mejor que teníamos, además de nosotros 4 (tenemos dos hijos), eran nuestros amigos. No es fácil trasladar este sentimiento hacia ellos: no se dejan, te cortan... Hoy, en el País Semanal, Rosa Montero publica un artículo que recoge lo que yo quiero atreverme a decirles a ellos, a mis amigos.
ROSA MONTERO 19/09/2010 EL PAÍS SEMANAL.
Llevo meses intentando escribir un artículo sobre la amistad y siempre me detiene el miedo de no estar a la altura. De que mis palabras no logren merecerse a mis amigos. Las loas a la amistad son un lugar común demasiado común: todo el mundo se calienta la boca hablando de ello (yo también lo he hecho). “Lo más importante en la vida son los amigos”, gorjean alegremente los concursantes más descerebrados de los reality shows o las contertulias más malvadas de la telebasura. Amigos y amistad son hermosas palabras que el uso y el abuso han desgastado.
2Con los años, las amistades se profundizan. Alcanzan un nivel de emoción indescriptible”
Lo de la amistad es como el amor. Todo el mundo cree saber de ello, todos nos consideramos grandes conocedores del asunto, expertos en los sentimientos y en la pasión, cuando, en realidad, son dos materias complejas e infinitas, profundos rincones del ser que uno sólo empieza a entender cuando madura. De jóvenes, de muy jóvenes, amigos y amores te llegan fácilmente, son una lluvia cálida y revuelta, confusa, ligera, amontonada. De joven, de muy joven, en realidad no escoges, aunque lo creas. Te haces amigo y te enamoras de lo primero que pasa. Porque necesitas querer. Somos así, y esa necesidad es conmovedora.
Y luego vas viviendo y te vas haciendo. Con suerte, y con esfuerzo, es posible que empieces a conocerte un poco. Y también vas encontrando a tu gente, a esas personas que se convertirán en tu mundo, en tu territorio. La única patria que reconozco son mis amigos. Es una patria exigente. La amistad requiere atención, entrega, riego constante. Hay que invertir muchas horas en cultivarla. Ahora que soy mayor, sé con toda certidumbre que es el mejor destino que puedes dar a tu tiempo. Es una de las cosas que he aprendido.
Digan lo que digan los animosos partidarios del optimismo vital, envejecer es algo bastante desagradable. Envejecer es perder; pierdes a la gente querida que se muere; pierdes capacidades físicas y, sobre todo, pierdes futuro: con lo hermosa que es la vida, cada vez se te queda más chica por delante. Pero con los años también ganas un par de cosas muy valiosas: sin duda experiencia, y si te lo trabajas, sabiduría, que es la suma del conocimiento intelectual y de la madurez emocional. Pero, sobre todo, ganas ese pasado común con los amigos. Crecer con los amigos, envejecer con ellos, ir trenzando a la espalda, con esos testigos de tu vida, años y años de una biografía compartida, es algo absolutamente maravilloso. Con los años, con los muchos años (yo tengo amigos activos desde hace tres décadas), las amistades se profundizan y agigantan. Alcanzan un nivel de emoción y de veracidad indescriptible.
Porque, con los años, las amistades se prueban de verdad. El tiempo puede herir; hay momentos en los que el tiempo se vuelve salvaje, y muerde y desgarra como una bestia furiosa. Y en esos tránsitos penosos de tu vida, en la angustia, en los problemas, en la desolación y la incertidumbre, los verdaderos amigos acuden a tu rescate. Con tal generosidad, con tal facilidad afectuosa, que realizan auténticas proezas como si en realidad no les costara nada (la última proeza sobrehumana que han hecho mis amigos por mí ha sido ayudarme en un traslado de domicilio y montarme la casa, prácticamente ellos solos, en cinco días). Los amigos te salvan literalmente la vida y lo hacen sin esperar nada, sin alardear de nada, por el puro placer de dar. Modestamente grandiosos.
A veces he jugado a imaginar cuáles serían mis últimos pensamientos antes de morir. Cómo sería el balance de mi existencia. Durante muchos años he supuesto que esas memorias ardientes y finales estarían compuestas por recuerdos de mis amores más apasionados, de la infancia y la familia, quizá de algunos momentos de mi escritura. Pero ahora sé que en ese recuento final brillarán como islas de luz algunos momentos mágicos con mis amigos. Esos regalos de cariño que me han dado, tan inmensos que siento que es imposible merecerlos. Eso también es la verdadera amistad: la sensación de estar felizmente en deuda con los otros. Por todo eso que ya hemos vivido, y por todo lo que todavía viviremos, gracias. Muchas gracias.
ROSA MONTERO 19/09/2010 EL PAÍS SEMANAL.
Llevo meses intentando escribir un artículo sobre la amistad y siempre me detiene el miedo de no estar a la altura. De que mis palabras no logren merecerse a mis amigos. Las loas a la amistad son un lugar común demasiado común: todo el mundo se calienta la boca hablando de ello (yo también lo he hecho). “Lo más importante en la vida son los amigos”, gorjean alegremente los concursantes más descerebrados de los reality shows o las contertulias más malvadas de la telebasura. Amigos y amistad son hermosas palabras que el uso y el abuso han desgastado.
2Con los años, las amistades se profundizan. Alcanzan un nivel de emoción indescriptible”
Lo de la amistad es como el amor. Todo el mundo cree saber de ello, todos nos consideramos grandes conocedores del asunto, expertos en los sentimientos y en la pasión, cuando, en realidad, son dos materias complejas e infinitas, profundos rincones del ser que uno sólo empieza a entender cuando madura. De jóvenes, de muy jóvenes, amigos y amores te llegan fácilmente, son una lluvia cálida y revuelta, confusa, ligera, amontonada. De joven, de muy joven, en realidad no escoges, aunque lo creas. Te haces amigo y te enamoras de lo primero que pasa. Porque necesitas querer. Somos así, y esa necesidad es conmovedora.
Y luego vas viviendo y te vas haciendo. Con suerte, y con esfuerzo, es posible que empieces a conocerte un poco. Y también vas encontrando a tu gente, a esas personas que se convertirán en tu mundo, en tu territorio. La única patria que reconozco son mis amigos. Es una patria exigente. La amistad requiere atención, entrega, riego constante. Hay que invertir muchas horas en cultivarla. Ahora que soy mayor, sé con toda certidumbre que es el mejor destino que puedes dar a tu tiempo. Es una de las cosas que he aprendido.
Digan lo que digan los animosos partidarios del optimismo vital, envejecer es algo bastante desagradable. Envejecer es perder; pierdes a la gente querida que se muere; pierdes capacidades físicas y, sobre todo, pierdes futuro: con lo hermosa que es la vida, cada vez se te queda más chica por delante. Pero con los años también ganas un par de cosas muy valiosas: sin duda experiencia, y si te lo trabajas, sabiduría, que es la suma del conocimiento intelectual y de la madurez emocional. Pero, sobre todo, ganas ese pasado común con los amigos. Crecer con los amigos, envejecer con ellos, ir trenzando a la espalda, con esos testigos de tu vida, años y años de una biografía compartida, es algo absolutamente maravilloso. Con los años, con los muchos años (yo tengo amigos activos desde hace tres décadas), las amistades se profundizan y agigantan. Alcanzan un nivel de emoción y de veracidad indescriptible.
Porque, con los años, las amistades se prueban de verdad. El tiempo puede herir; hay momentos en los que el tiempo se vuelve salvaje, y muerde y desgarra como una bestia furiosa. Y en esos tránsitos penosos de tu vida, en la angustia, en los problemas, en la desolación y la incertidumbre, los verdaderos amigos acuden a tu rescate. Con tal generosidad, con tal facilidad afectuosa, que realizan auténticas proezas como si en realidad no les costara nada (la última proeza sobrehumana que han hecho mis amigos por mí ha sido ayudarme en un traslado de domicilio y montarme la casa, prácticamente ellos solos, en cinco días). Los amigos te salvan literalmente la vida y lo hacen sin esperar nada, sin alardear de nada, por el puro placer de dar. Modestamente grandiosos.
A veces he jugado a imaginar cuáles serían mis últimos pensamientos antes de morir. Cómo sería el balance de mi existencia. Durante muchos años he supuesto que esas memorias ardientes y finales estarían compuestas por recuerdos de mis amores más apasionados, de la infancia y la familia, quizá de algunos momentos de mi escritura. Pero ahora sé que en ese recuento final brillarán como islas de luz algunos momentos mágicos con mis amigos. Esos regalos de cariño que me han dado, tan inmensos que siento que es imposible merecerlos. Eso también es la verdadera amistad: la sensación de estar felizmente en deuda con los otros. Por todo eso que ya hemos vivido, y por todo lo que todavía viviremos, gracias. Muchas gracias.
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GNERALIDADES
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