La memoria viva de CórdobaENTREVISTA
Antonio Deza Romero EMPRESARIO: "La plaza de la Corredera era el centro vivo de Córdoba, un mosaico variopinto"
ROSA LUQUE 19/02/2012
LUGAR DE NACIMIENTO CORDOBA (1936).
TRAYECTORIA DE MUY HUMILDES COMIENZOS, CONSOLIDO UNA IMPORTANTE CADENA DE SUPERMERCADOS EN LA CAPITAL.
Se jubiló con 68 años, hace de esto siete, casi coincidiendo con la inauguración del supercash que su firma abrió en el polígono de Las Quemadas; pero Antonio Deza Romero --curtido en el trabajo desde niño-- sigue enganchado a la marcha de las siete tiendas, con unos 350 empleados, y acude puntualmente a su despacho situado en la planta alta de ese macrosupermercado. Y eso que su empresa, Grupo Deza Alimentación, vivió el relevo generacional hace una década, al cumplirse cuatro de su creación. "Sí, yo me levanto todos los días con la necesidad de creer que hago algo útil, y nada más útil que estar aquí acompañando a mis hijos", justifica este hombre hecho a sí mismo, cumplidor y fiel a la memoria de sus comienzos, que no fueron fáciles.
--¿Es que le cuesta delegar?
--¡Huy!, es que juzgarse a uno mismo es muy difícil. No sé, hay una cosa que me impulsa a levantarme y venirme para el polígono de las Quemadas, a mi empresa. Aunque ya no es mía, mi mujer y yo renunciamos en favor de los tres hijos. Ellos la dirigen y yo trato de no inmiscuirme, aparte de que no lo necesitan porque están muy capacitados.
LUGAR DE NACIMIENTO CORDOBA (1936).
TRAYECTORIA DE MUY HUMILDES COMIENZOS, CONSOLIDO UNA IMPORTANTE CADENA DE SUPERMERCADOS EN LA CAPITAL.
Se jubiló con 68 años, hace de esto siete, casi coincidiendo con la inauguración del supercash que su firma abrió en el polígono de Las Quemadas; pero Antonio Deza Romero --curtido en el trabajo desde niño-- sigue enganchado a la marcha de las siete tiendas, con unos 350 empleados, y acude puntualmente a su despacho situado en la planta alta de ese macrosupermercado. Y eso que su empresa, Grupo Deza Alimentación, vivió el relevo generacional hace una década, al cumplirse cuatro de su creación. "Sí, yo me levanto todos los días con la necesidad de creer que hago algo útil, y nada más útil que estar aquí acompañando a mis hijos", justifica este hombre hecho a sí mismo, cumplidor y fiel a la memoria de sus comienzos, que no fueron fáciles.
--¿Es que le cuesta delegar?
--¡Huy!, es que juzgarse a uno mismo es muy difícil. No sé, hay una cosa que me impulsa a levantarme y venirme para el polígono de las Quemadas, a mi empresa. Aunque ya no es mía, mi mujer y yo renunciamos en favor de los tres hijos. Ellos la dirigen y yo trato de no inmiscuirme, aparte de que no lo necesitan porque están muy capacitados.