Andaba un tanto perdido por Nantes y uno de estos
¡Pingüinos! me preguntó qué buscaba; talentoso el gabacho: yo llevaba un
plano en la mano; después de extrañarse de lo alejado que estaba de
mi destino, se ofreció a llevarme al lugar pretendido; la verdad es que
atravesamos casi toda ciudad: había errado los puntos cardinales; en mi descargo: el día amaneció nublado. Hoy al leer esta noticia en el Heraldo de Aragón:
2 de diciembre de 2012, al pasar por "los Ministerios", me sorprendo al ver a gentes haciendo navegar sus barcos en el estanque; no sabía yo de esta vocación marinera; me informan que, desde hace más de 40 años, vienen a "navegar" a este estanque.