Al jubilarme, empecé a redactar una especie de visión de lo que había sido mi ideario como maestro, quería reflejar los "principios" que me habían guiado en la escuela/Escuela.Muchas veces, para explicarles a los padres algunas de mis actividades; algunas les parecían poco "ortodoxas", les decía que yo practicaba La Pedagogía del éxito: evaluar al niño por lo que sabe, por lo que hace, por los progresos que va adquiriendo, por lo que se implicaba en clase, por lo que aportaba a los demás ..., y no por sus supuestas carencias, siempre referidas a un nivel o supuesto alumno medio inexistente: "nada hay más injusto que evaluar a todos por igual"
Pero mira por donde, escribí "pedagogía del éxito" en Google y surgió el artículo señalado más arriba que explica muy bien ese concepto: La Pedagogía del éxito.
Recomiendo navegar en el blog que incluye el artículo.
* Un interesante punto de vista: Aulas Felices
A un maestro, creo que de Castuera (Badajoz), le copié, allá por 1976, un poema que yo lo convertí en mi Declaración de principios.
Desde 2006, vengo dejando rastro JLBL EN INTERNET de mi actividad docente.
