miércoles, 4 de septiembre de 2024

Financiación de la Iglesia en Francia.

Las Confesiones con estatuto jurídico de Corporación de Derecho Público (Iglesia católica, Iglesias Evangélico-Protestantes, Judaísmo) se financian (en un 80%) a través del impuesto eclesiástico, que se re- cauda a través de la Hacienda estatal.

En Francia el modelo viene marcado por la separación del Estado y la Iglesia en 1905. Desde entonces, la Iglesia ya no recibe ninguna subvención del Estado y depende únicamente de las donaciones de los fieles. El sueldo de los sacerdotes y obispos es de unos 950 euros mensuales, con los cuales han de pagar alojamiento y comida. 

* Propiedad de los edificios eclesiásticos

* La Iglesia en Francia

El niño que perdió la guerra. Julia Navarrao


 

Mother Prayers

 

martes, 3 de septiembre de 2024

Contrato con Dios. Juan Gómez Jurado

 Año 70 d.C. Celotes, Tito, in

Financiada por un misterioso multimillonario norteamericano, y dirigida por un anciano arqueólogo israelí, una expedición secreta penetra en las profundidades del desierto de Jordania. A partir de dos mapas fragmentarios, se ha localizado por fin con mucha precisión el lugar en donde fue escondida el Arca de la Alianza por los judíos que la salvaron de la destrucción del Segundo Templo. Uno de los mapas estaba en los rollos de Qumran, el otro aparece escondido en el interior de una vela que fue guardada durante siglos por una familia judía, y a quien se la arrebató un médico sádico durante la ocupación nazi de Austria.

La hora violeta

La hora violeta

Molino, Sergio del (1979-)

Sumario, etc.
"Este libro es un diccionario de una sola entrada, la búsqueda de una palabra que no existe en mi idioma: la que nombra a los padres que han visto morir a sus hijos. Los hijos que se quedan sin padres son huérfanos, y los cónyuges que cierran los ojos del cadáver de su pareja son viudos. Pero los padres que firmamos los papeles de los funerales de nuestros hijos no tenemos nombre ni estado civil. Somos padres por siempre... Que nadie haya inventado una palabra para nombrarnos nos condena a vivir siempre en una hora violeta.