El 2 de octubre de 2010 se volvió a reunir casi todo el grupo de alumnos del Liceo Europa nacidos en 1965, un reencuentro propiciado por el grupo que en el Facebook (Cara Libro, según Olga) se le ocurrió abrir a uno de ellos: Antonio.
Mi trabajo me impidió asistir, me hubiera gustado estar con ellos y observar como habían evolucionado y qué quedaba de aquellos adolescentes que yo dejé en 1979.
Para mí, este reencuentro ha sido muy gratificante; he visto como han idealizado aquellos momentos pasados juntos en las aulas de aquel colegio que estaba entonces naciendo.
Mi trabajo me impidió asistir, me hubiera gustado estar con ellos y observar como habían evolucionado y qué quedaba de aquellos adolescentes que yo dejé en 1979.
Para mí, este reencuentro ha sido muy gratificante; he visto como han idealizado aquellos momentos pasados juntos en las aulas de aquel colegio que estaba entonces naciendo.
El momento sociopolítico vivido entre 1974 hasta 1979, permitió un tipo de relación casi entre iguales: nosotros, los maestros, teníamos 20 años y toda la ilusión y ganas de trabajar intactas. Hicimos periódicos con aquellas multicopistas que te llenaban de tinta al menor descuido; fundamos un club deportivo: tuvimos equipos de hockey patines, de hockey hierba, de balonmano femenino, ahora veo que nos organizábamos para acudir a nuestros compromisos: los padres ponían los coches; si había que coger al autobús o andar, se andaba; nos organizábamos entre todos: padres, alumnos, maestros. Ahora, con el paso del tiempo, me he dado cuenta de las cosas que hicimos juntos; coincidió que el grupo de maestros éramos jóvenes idealistas y generosos: nos pasábamos el día en el colegio y, durante el verano, participábamos en las Escuelas de Verano, íbamos al ICE y nos encerrábamos a hacer aquellas fichas de trabajo, nos creíamos capaces de educar, teníamos claros los valores: justicia, democracia y participación: aún recuerdo las "asambleas de clases" en plena transición, como manifestaban su ideas; aunque la deriva actual haya sido importante.
Sé poco de su vida actual, de algunos conozco su dedicación profesional; me gustaría conocer qué hacen, pero la prudencia me impide preguntar; pero me da la impresión de que han encontrado un sitio donde desarrollarse.
Les tengo que agradecer el afecto que me guardan y la influencia que ejercieron en mí: me hicieron descubrir que ser maestro/Maestro era una especie de intercambio entre alumnos y maestros.