Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando
perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más
que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos sino,
por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando
repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en
un auto sacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que
su sociedad está condenada." Ayn Rand (1950)