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lunes, 14 de agosto de 2023

Palacio de los reyes de Mallorca.Perpignan

El palacio de los Reyes de Mallorca es un palacio-fortaleza de origen medieval ubicado en Perpiñán, Francia. Se trata de uno de los monumentos más

domingo, 4 de septiembre de 2022

Por amor al Emperador. Almudena de Arteaga

* La Hilandera de Flandes, una novela que trata el tema del apetito sexual de Carlos V.                                                                                                              * Almudena de Artega en el blog                                                                                                                            * Los hijos de Juana I de Castilla "La Loca"


miércoles, 24 de noviembre de 2021

Margarita de Parma

 Margarita de Parma (1522-1586), la protagonista de esta novela, nació de la relación del emperador Carlos V con una joven en los Países Bajos. Era, por tanto, hija del hombre más poderoso del mundo, pero ilegítima. Su padre la reconoció y autorizó a llevar el apellido Austria y, sobre todo, la quiso, pero ella siempre fue consciente de su origen

lunes, 22 de noviembre de 2021

martes, 30 de julio de 2019

Desfile de los Stroppendragers (Ensogados)

 Stroppendragers

La Procesión conmemora la humillación que el emperador Carlos infligió a los obstinados Gentenaars en 1540, cuando hizo que personas de su propia ciudad  desfilaran por la ciudad con una soga alrededor del cuello..

* Desfile de " Los Ensogados"


La Revuelta de Gante.

viernes, 26 de julio de 2019

Casa de las Cabezas Coronadas

Carlos I y Felipe II
Casa de las Cabezas Coronadas: Esta particular fachada es de estilo renacentista. Presenta los bustos de los Condes de Flandes (De Gekroonde Hoofden), desde Balduino de Constantinopla (siglo XI) hasta Felipe II de España (Siglo XVI). Se encuentra en la calle Burgstraat 4, muy cerca del Castillo Gravensteen haciendo esquina. En la foto vemos a Karel (Carlos V) y su hijo Phillip (Felipe II).

*Condes de Flandes

Casa de las “Siete Obras de la Misericordia”

De nuevo, en la calle Kraanlei, están dos de las casas más fotografiadas de la ciudad. Especialmente llama la atención la Casa de las Siete Obras de la Misericordia, a la izquierda. Su decoración, con seis representaciones del acto de la Misericordia, en orden, describen: la visita a los enfermos, la comida dada al hambriento, el dar de beber al que tiene sed, acoger al peregrino, vestir al desnudo y visitar a los presos. La última, “enterrar a los difuntos” no está representada. ¿Y lo mejor de todo? Si entras, te encantará porque alberga una pequeña tienda muy peculiar de… ¡dulces y gominolas!

jueves, 23 de agosto de 2018

Castillo Español de Carlos V

otra abadía es la de San Bavón, que fue destruida en las revueltas de 1540 por un hombre que igual te suena de Historia de segundo de bachillerato, Carlos V, el cual construyó en su lugar un castillo con los cañones apuntando hacia la ciudad, por si a los ganteses se les ocurría volver a cuestionar su poder imperial.

martes, 18 de octubre de 2016

CARLOS V

CARLOS V


Todo comenzó en Gante. Como decía al principio, en una noche invernal del mes de febrero, Juana de Castilla da a luz a su primer hijo varón en el lugar más insospechado, un baño de Palacio. Desde hacía más de un siglo los Condes de Flandes residían de manera permanente en la Casa del Príncipe (Prinsenhof) de esta ciudad, ya que el castillo medieval de Gravensteen se había quedado anticuado y carecía de los lujos renacentistas de la época.

Carlos V, Gante... y la soga al cuello





sábado, 31 de diciembre de 2011

EL BEDUINO DE LABORDETA


No resulta extraño que Labordeta haya acudido a la figura del beduino para redactar sus memorias de diputado en Madrid: “Memorias de un beduino en el Congreso de los Diputados” (Ediciones B). Ese beduino es un ‘alter ego’, que habla con un diputado, el Labordeta, y a la vez es él mismo: es una sombra, un interlocutor, un testigo y acaso en ocasiones nos lleve hacia un desconcertante ejercicio de esquizofrenia narrativa. Labordeta acude a la figura del hombre de los desiertos, y se apoya en su abuela Josefa, nacida en La Almolda, que asoma una y otra vez al texto con una certeza pesimista: “La política es una madrastra sin entrañas”. El político, que permanecerá dos legislaturas cerca de los leones de Ponciano Ponzano (“¡Vaya putada le hizo su padre!”, observa, imaginamos que por el nombre), dice: “Llegué allí como un beduino y regresé a mi estado natural, que es ser ciudadano del mundo”.
El poeta y cantautor metido en política baja al ruedo, y en su primer día percibe lo siguiente: “Al Beduino le encantó la Reina y la encontró guapa”. Luego, con la corbata de Agustín Ibarrola, visitará a Juan Carlos, que le pregunta: “¿Llegó a usted a probar los chocolates con nata de la cafetería Niké?”. Algo más adelante, Labordeta dirá: “Aunque soy republicano de hondura, este hombre me cae bien”. Se adscribe al grupo Mixto y percibe algo muy curioso: “El pasillo es el resumen de la España multicultural y multiforme que me decía mi paisano Gracián”, y observa que sus compañeros y él, “los del Mixto”, son “los sobrantes, los mitad vaca y mitad cordero y, en las noches de luna, ciudadanos agrestes dispuestos a defender con ahínco lo que siempre creímos que era justo. Casi nunca acertábamos”.
Labordeta, apoyado por el cibernético incansable Paco Pacheco, fue un diputado activo, con momentos de protagonismo nacional. Explica el episodio de ‘¡A la mierda!’; cuenta que no le hizo gracia a sus compañeros de CHA, que lo aplaudieron mucho en la calle y desde las filas socialistas, que lo felicitó Joaquín Sabina desde Andalucía “riéndose como un loco”, y aprecia que “nunca me sentí tranquilo con aquel gesto (…) De todos modos, y aunque espero no tener tumba ni mausoleo, ya sé cuál puede ser mi otro epitafio: ‘¡A la mierda...!’. Y todos tan contentos”.
El libro consta de dos partes. En la primera, Labordeta retrata a todos los ministros del PP, con algunas bromas y algunas pullas (Aznar le resulta un personaje antipático, sin duda), y confecciona también una lista de amigos y compañeros de viaje. Algunos retratos son deliciosos: “Leocadio Bueso. Más triste que los atardeceres de su ciudad, Teruel. Seguro que en su pueblo natal, el serrano Fortanete, le han puesto una calle. Si no lo han hecho, hay que reclamarla. Él nunca lo hará”. La ironía asoma aquí: “José Blanco. Gallego. Dicen que va para importante. No lo aparenta”. Y el mejor es éste: “Carmen Alborch. Es tan valenciana que sólo de verla te trae toda la luz mediterránea. Modelos ilustres, escándalo de los puritanos de gris. Da gusto contemplarla”. El Beduino /Labordeta se suelta aquí el poco pelo: se chancea un poco con el de Anasagasti (“Perdona poco la imbecilidad cuando habla”, apostilla) y con el suyo. El humor y la sátira empiezan por uno mismo; seguro que asume humorísticamente la segunda acepción del vocablo beduino: “Hombre bárbaro y desaforado”.  Hay mucho más en este libro, una modesta historia de España, de Aragón, y de un hombre solidario que se sigue retratándose como “depresivo, ácrata y desorganizado”. Pese a ello, ahí está su tarea gigantesca, su lucha, su madera de héroe con aspavientos, su severa ternura del desierto.  /http://antoncastro.blogia.com/

lunes, 28 de junio de 2010

LA PENA DE BÉLGICA.

Gerard mortier (Gante, 1943) , director artístico del teatro real, de origen flamenco, reflexiona aquí sobre la victoria del partido N-VA en las recientes elecciones de bélgica. Los resultados son buena noticia, asegura Mortier, que contradice así los análisis mayoritarios vertidos en la prensa europea. La prueba es que su líder, Bart de Wever, y el presidente de los socialistas valones, Elio di Rupo, ya se han tendido la mano
El título de la famosa novela de Hugo Claus (La pena de Bélgica) es el que mejor se adapta para comentar lo que se ha podido leer en la prensa extranjera sobre las elecciones en Bélgica. Más que nunca, existe la convicción de que Europa necesita con urgencia una enseñanza de historia europea, más que nacional. Solo en algunos periódicos alemanes se podían encontrar comentarios bien fundados sobre la situación belga. El editorial aparecido en Le Monde dos días después de las elecciones rozaba la caricatura, tanto en su análisis como en su intención tendenciosa sobre Bart de Wever, presidente del partido ganador, el N-VA. Uno creía haber regresado de nuevo a 1830, año de la independencia de Bélgica y fecha en la que uno de los fundadores del país formuló aquella frase histórica: "Bélgica será francesa o no será".