En realidad somos más romanos que una película de gladiadores. En cada día, en cada gesto o frase, en nuestras calles, en nuestras casas y en nuestros ritos. Hay tanto de Roma actuando diariamente en nuestra vida, en nuestro idioma y en nuestra cultura, que no nos damos ni cuenta. Roma nos ha dado casi todo lo que está presente en nuestro día a día y no solo lo que compone nuestra civilización.