Mi primer curso escolar como Maestro en la Agrupación de Lengua y Cultura Españolas de Bruselas está llegando a su fin; me queda entregar los boletines de notas, recibir a los padres y completar los expedientes personales de mis alumnos; nada; pero hoy, martes, 16 de junio 09, pienso que la experiencia de vivir en Antwerpen ha sido positiva: he tenido que integrarme en una sociedad que habla una lengua que desconozco -bueno, he hecho un primer curso de 120 horas- y que sus formas de relación poco tienen que ver con mías.
Además, solucionar los problemas domésticos: alquilar una casa, hacer los contratos de agua, luz, teléfono, comprar..., me han hecho desarrollar una serie de estrategias comunicativas que no creía poseer y aumentar mi nivel de paciencia: en esta sociedad todo está tan medido que, a veces, pone nervioso.
Pero lo que sí me ha gustado es la ciudad; no sólo porque sea bonita, que lo es, lo que más me ha impresionado es que la "historia" ha pasado por aquí; se nota que ha sido una ciudad que ha vivido cada momento histórico con intensidad: todas las corrientes artísticas han dejado su huella aquí. Es verdad lo que dice uno de sus eslóganes : una ciudad para aprender.
Después de lo anterior, sólo me quedar invitar a conocerla: AMBERES