Atraído por la silueta de la fortaleza que culmina el otero donde se asienta la población, me acerqué a Espejo; desde el Paseo de Andalucía fui ascendiendo hacia el castillo, pertenece al
Ducado de Osuna, no lo puede visitar
Las gentes se mostraron habladoras cuando el viajero las interpelaba para desentrañar las cosas que ignoraba.
Calles limpias, casas cuidadas y gentes afables; lástima de que, una vez abandonado el pueblo, recordé lo afamado de sus chacinas y me fui sin haber hecho provisión de tan suculenta mercancía.