martes, 8 de junio de 2010

¡REGULAR, GRACIAS A DIOS!

Este libro me ha llegado hoy (07/06/2010) a Amberes desde Zaragoza, otra vez Esperanza, aquella alumna en 8º de EGB al final de los 70 con la que he recuperado un contacto que parece nunca interrumpido. Un poco de afecto siempre es bien recibido
LABORDETA ha querido contar toda su peripecia vital en ese libro en el que aborda sin tapujos su enfermedad y recuerda su infancia durante la Guerra Civil, su boda con su mujer, Juana, los años pasados en Teruel recién casado, su breve estancia en Aix-en-Provence como profesor, sus vivencias como cantautor durante la dictadura, la vida en Zaragoza y su experiencia televisiva con Un país en la mochila..."
Labordeta ha acompañado nuestras vidas a lo largo de más de 30 años; era como la voz que decía lo que cada uno de nosotros pensábamos; creo que él hizo que conociéramos lo que era Aragón, casi diría que él lo inventó: "Polvo niebla, viento y sol..." es una gran lección de geografía. Yo tengo el primer libro que le publicaron en la editorial Fontibre con las primeras canciones y que llevaban un disco pequeño con 4 canciones, me acuerdo que cuando iba camino de mi servicio militar a Andalucía, estaba leyendo una narración suya que se titulaba algo así como "Que cada cual aprenda su juego." Después le leí algún libro de poemas, tengo mi biblioteca algo lejos y no recuerdo sus títulos; "Banderas rotas" fue otro libro que le leí no hace mucho y, a pesar del título, Labordeta no lamenta la lucha sostenida en pos de una libertad no alcanzada. "Me parte un rayo, pero no me tumba", dicen que contestó un chaparro cuando oyó que alguien lamentaba su lamentable estado después de haber sido alcanzada por un rayo. Así me parece que Labordeta ha pasado por la vida.
Labordeta se hizo muy popular cuando respondió, desde la tribuna del Congreso de los Diputados, de forma muy castiza, cuando la bancada del PP le impedía hablar.
Parece que te vas yendo, lástima que no hemos conseguido entre todos nuestra utopía.
Sólo queda desear que el resto de tu camino sea llano, sin demasiadas cuestas.

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