Gante es una ciudad tranquila; pocos sonidos estridentes rompen esa quietud; quizá, solo el tintineo previsor de los tranvías cuando un posible obstáculo se le presenta.
En las tiendas, en la calle..., nadie parece crispado; una sonrisa si cedes el paso o te disculpas, el gracias y el perdón continuos...; he llegado a la conclusión de que todo lo hacen con sosiego, que parecen haber adquirido porque se desplazan en bici y se han contagiado de ese ritmo.
La bici en Gante.
En las tiendas, en la calle..., nadie parece crispado; una sonrisa si cedes el paso o te disculpas, el gracias y el perdón continuos...; he llegado a la conclusión de que todo lo hacen con sosiego, que parecen haber adquirido porque se desplazan en bici y se han contagiado de ese ritmo.
La bici en Gante.
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