Luis ha conseguido aunar la tradición de este oficio con nuevos diseños que vende en todo el mundo.
Luis se fue a Túnez para perfeccionar su árabe, y cambió su pueblo de 7.000 habitantes por esta capital africana.
Después decidió regresar a La Rambla, Córdoba, y empezó a trabajar con su padre, maestro alfarero.
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