La verdad es que estoy encantado con el DNI-e. Viviendo fuera de España, en AMBERES, me ha facilitado dos trámites que otrora eran complicados hacer en la distancia: Presentar la Declaración de la Renta y participar en el Concurso de Provisionales del Cuerpo de Maestros; al final de este curso vuelvo a Córdoba, ciudad en la que tuve mi último destino definitivo. Ingresé en el Cuerpo de Maestros en septiembre del 80 y recuerdo, con fastidio, el tiempo que invertíamos en rellenar el impreso de solicitud de plazas: había que tener mucho cuidado para no equivocarte, repasarlo mil veces, localizar la situación geográfica de las plazas...
Ayer hice esto en la Web de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, cada código que escribías lo revisaba el programa; una serie de ayudas te facilitaba la tarea; antes de firmar la instancia, la revisaba y volvía a pedirte la confirmación y todo esto lo hice desde mi casa a la hora que yo decidí, con tranquilidad. Un acierto esto del DNI-e.
Con los DNI que sacamos o renovamos en España, desde su último diseño, se incluye un chip que da soporte a un certificado de firma electrónica, lo que se suele llamar el DNI-e, el dni electrónico. Este dispositivo nos permite identificarnos de forma bastante segura con un método combinado “algo que sé”+”algo que tengo” (para ser completo le faltaría un “algo que soy”), el mecanismo es sencillo, introduces tu DNI en un lector al efecto)lo que tienes), tecleas una contraseña(lo que sabes) y listo, ya estás identificado para realizar el trámite que te estaban solicitando.
El objeto “natural” de este certificado son los trámites con las administraciones y el acceso a la banca online, sitios donde identificarnos debidamente es primordial y que aumentará mucho nuestra seguridad.
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