En Gante, los repartidores, cuando los receptores de los paquetes no están en casa, los dejan en la puerta y no desaparecen. Es un detalle que nos sorprende.
En noviembre de 2009, viviendo en Antwepen; emprendimos un viaje y, al llegar a destino, nos dimos cuenta que habíamos olvidado varios regalos en la acera; nuestra sorpresa fue que, al regresar 4 días después, los encontramos dentro del portal; algún vecino los entró. Pusimos una nota de agradecimiento en el ascensor, nadie se manifestó.
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